WELCOME TO WILD SPAIN
Como muchos jóvenes españoles, soy de la generación de nuevos votantes asiduos a las app y social network que nunca han votado, que no han conocido una dictadura, ni una transición. Nacimos en la full democracy española heredera del franquismo, cuyo climax llega con el neoliberalismo y la política de lo social de Zapatero.
Ahora, un caldo de cultivo mediático con poca dosis de realidad y extra de contenido de merchandasing se nos abalanza con la intención de captarnos entre sus votantes. Pero ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Por un lado aparecen los perfiles políticos de “casta”, por otro los politicoimagen con o sin coleta, o con apariencia de príncipes Disney que al final son un nimio reclamo publicitario.
Si de algo han servido las redes sociales y los mass media es, por lo menos para que aprendan a construir una frase coherente. Hemos pasado de los políticos de carisma y artimañas(Aznar, González) a los que quieren ser niños de verdad pero acabaron siendo marionetas ( Rajoy, Zapatero) y ahora les toca a los de la lengua viperina. Por lo menos saben hablar, y es que el contenido de videos, twitters, debates, entrevistas … se ha convertido en el nuevo hacer de la política, porque (no nos engañemos) nos gusta mirar en casa del vecino: el síndrome español de la vieja del visillo .
La máquina del fango de Umberto Eco, se extiende por los caminos más recónditos que intentan derrocar a todas y cada una de los perfiles de los partidos.
Pero esta estrategia pseudomilitar de dividir y vencer y sacar los trapos sucios del contrincante otorga más votos que las propias propuestas. Nuestros políticos nos han malacostumbrado a que de la carta a los reyes magos que son sus programas electorales solo nos trajeran los calcetines que no habíamos pedido, ergo han perdido toda la credibilidad. Por tanto, tienen que ir a fusil y dedo a señalar y hacernos ver quien es el niño malo del patio.
Pero todo no acaba ahí. A quince días exactos de las elecciones esta carrera política a cuatro bandas y cuarto, se va a decidir a partir de los indecisos, ¿Esto qué quiere decir? Que la artillería pesada está por llegar.
Nos quedan dos semanas cargaditas de informaciones falsas, manipuladas y contenidos ambiguos. No nos engañemos, nuestros abuelos decidieron desde que nacieron si eran rojos o azules y los de derechas siempre lo van a seguir siendo. Solo falta que los “no votantes” y apartidistas nos decidamos, que la izquierda siga dividiéndose tanto o más cuanto sea posible ya que, es muy de izquierdas lo multi-, pluri-, inter- y al final “ unos por otros , la casa sin barrer”.